En el gimnasio
Siempre era la última en irse y no dejaba de coquetear con el empleado encargado del horario nocturno. Cuando el dueño del gimnasio se enteró, le dio la derecha a su empleado para que respondiera a sus avances y dejó la cámara de seguridad encendida para capturar las imágenes de ese encuentro.
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