Preocupa el aumento de la anorexia sexual
Fuente: infobae.com
El 30% de las consultas que reciben los sexólogos es por la falta de deseo, y las mujeres son quienes más padecen este tipo de trastornos. Si bien existen múltiples causas que originan este fenómeno, los aspectos psicológicos se tornan muy importantes en cada uno de los casos.
Para Diana Resnicoff, sexóloga clínica e integrante dela Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, "el órgano sexual por excelencia es la cabeza". La especialista considera que uno de los motivos que puede ocasionar una disminución del deseo son las "frustraciones anteriores causadas por otras disfunciones sexuales, como por ejemplo problemas erectivos, experiencias de dolor físico o la imposibilidad de llegar a tener un orgasmo. Estas vivencias pueden generar una resistencia al encuentro sexual, para evitar el momento doloroso o frustrante".
Por su parte, en el marco de una pareja el aburrimiento propio de la convivencia y la rutina también pueden provocar una disminución del deseo.
"En las consultas que me hacen, uno se encuentra con parejas en las que uno u otro dice: ‘Lo amo, pero no lo veo como objeto de deseo’. En esas ocasiones lo que hay que recordar es que el deseo no continúa naturalmente, sino que hay que alimentarlo", dijo Resnicoff.
No obstante, existen otras causas vinculadas con el mundo interno de cada persona. Por ejemplo la depresión, entre las tantas consecuencias que tiene en la vida emocional de quien la padece, puede generar una grave disminución en el deseo. Pero las crisis vitales, como la jubilación o el período posparto, también pueden ocasionarlo.
En casos quizás más extremos, las experiencias sexuales traumáticas, como los abusos, pueden ocasionar un rechazo al encuentro sexual. E incluso pueden manifestarse como una fobia.
Otro de los motivos que también puede ocasionar una disminución en el deseo sexual es el agotamiento que producen las exigencias laborales. "Cuando uno está todo el día trabajando y vuelve muy tarde a su casa, muchas veces no tiene ganas de tener un encuentro sexual. Porque para que el encuentro se dé hay que tener tiempo y energía. Aunque también es cierto que el exceso de trabajo a veces se utiliza para no enfrentar la situación", sostuvo Resnicoff en diálogo con un matutino porteño.
El 30% de las consultas que reciben los sexólogos es por la falta de deseo, y las mujeres son quienes más padecen este tipo de trastornos. Si bien existen múltiples causas que originan este fenómeno, los aspectos psicológicos se tornan muy importantes en cada uno de los casos.
Para Diana Resnicoff, sexóloga clínica e integrante dela Sociedad Argentina de Sexualidad Humana, "el órgano sexual por excelencia es la cabeza". La especialista considera que uno de los motivos que puede ocasionar una disminución del deseo son las "frustraciones anteriores causadas por otras disfunciones sexuales, como por ejemplo problemas erectivos, experiencias de dolor físico o la imposibilidad de llegar a tener un orgasmo. Estas vivencias pueden generar una resistencia al encuentro sexual, para evitar el momento doloroso o frustrante".
Por su parte, en el marco de una pareja el aburrimiento propio de la convivencia y la rutina también pueden provocar una disminución del deseo.
"En las consultas que me hacen, uno se encuentra con parejas en las que uno u otro dice: ‘Lo amo, pero no lo veo como objeto de deseo’. En esas ocasiones lo que hay que recordar es que el deseo no continúa naturalmente, sino que hay que alimentarlo", dijo Resnicoff.
No obstante, existen otras causas vinculadas con el mundo interno de cada persona. Por ejemplo la depresión, entre las tantas consecuencias que tiene en la vida emocional de quien la padece, puede generar una grave disminución en el deseo. Pero las crisis vitales, como la jubilación o el período posparto, también pueden ocasionarlo.
En casos quizás más extremos, las experiencias sexuales traumáticas, como los abusos, pueden ocasionar un rechazo al encuentro sexual. E incluso pueden manifestarse como una fobia.
Otro de los motivos que también puede ocasionar una disminución en el deseo sexual es el agotamiento que producen las exigencias laborales. "Cuando uno está todo el día trabajando y vuelve muy tarde a su casa, muchas veces no tiene ganas de tener un encuentro sexual. Porque para que el encuentro se dé hay que tener tiempo y energía. Aunque también es cierto que el exceso de trabajo a veces se utiliza para no enfrentar la situación", sostuvo Resnicoff en diálogo con un matutino porteño.
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