Una protesta en topless contra el ex premier Silvio Berlusconi

25/02/13
Fuente: clarin.com
Fue en la escuela de Milán, donde votó el líder conservador. La hizo un grupo feminista.

Subida a una valija rígida de fotógrafo, pispeaba la escena en segunda fila –la primera estaba consagrada a reporteros gráficos y camarógrafos- con mi hija de dos años a upa. Eran las 12.50 del mediodía. Hacía un grado bajo cero y nevaba. “Il Cavalieri” y su carmela tirante y su bronceado incompatible con la lluvia y la nevisca de la Milán de estos días entraron a sonrisa plena en la escuela secundaria Dante Alighieri de la calle Scrosati. Enfiló para las cámaras –una de sus tantas debilidades conocidas- miró hacia la tierna imagen que debía dar con una niña pequeña en brazos y cuando se disponía a decir algo, tres chicas que habían logrado bien ubicarse delante de las mesitas escolares que hacían de vallas se abrieron las chaquetas y, desnudas de la cintura para arriba, empezaron a gritar: “¡Basta, Berlusconi”.

Aullaban, intentaban tirarse encima del candidato del partido il Popolo Della Libertà (El pueblo de la libertad). Y él, tan creativo cuando se trata del sexo opuesto, esta vez se quedó mudo, paralizado. Empezaron los empujones y el descontrol. Los ángeles de la guarda de Silvio lo apuraron hacia la escalera que lo conducía a la mesa 502 para que votara de una buena vez mientras una jauría de “poliziotti” se abalanzaba sobre las tres chicas, tan bellas como activas dentro del grupo Femen, el aguerrido movimiento “Feminismo del tercer milenio”, según ellas mismas se definen- que hace topless contra el sexismo, el turismo sexual y la discriminación social.

Hace unos días, antes de que Benedicto XVI anunciara su pase a cuarteles de invierno, las chicas hicieron lo mismo en el Vaticano en defensa de los derechos gays. Esta vez, Inna Shevchenko, Oksana Shachko y Elvire DuPont decidieron mostrase en la escuela de la calle Scrosati y dejarse arrastrar de los pelos por el policía que diez minutos después le regalaba caramelos a mi hija para calmar su susto.

Las chicas llevaban escrito en el cuerpo su repudio a Berlusconi quien, a la salida, sí pudo abrir la boca frente a las cámaras: “Este tipo de cosas son exageraciones”, dijo.