Cómo funciona el chip para despertar el deseo sexual
19/05/15
Fuente: salud.com.ar
Fue un desarrollo ingles que causó gran revuelo hace unos años y hoy se investigan nuevas posibilidades.
Morten Kringelbach, su desarrollador, profesor de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, se inspiró en los chips que se implantan en el cerebro de personas con el mal de Parkinson para tratar esta enfermedad. Su éxito es un hecho y ahora se investigan sus potencialidades para tratar la Anhedonia.
La anhedonia es la incapacidad de disfrutar de las cosas, sentir satisfacción, interés o plenitud con nada; ésta afecta, entre otras cosas, al deseo sexual. Con el desarrollo de este chip, que se inserta en la corteza orbitofrontal del cerebro y envía pequeños shocks a las áreas responsables de despertar el deseo sexual, se logró revertir este tipo de patologías en muchas personas.
El antecedente de Kingelbach sumado a los avances científicos ha puesto esfuerzos a trabajar en direcciones más amplias al intentar crear un dispositivo más sensible y controlado que trabaje sobre otras zonas de cerebro a fin de poder tratar diversas enfermedades o trastornos relacionados con el deseo, el interés y la satisfacción.
Hace algunos años científicos ingleses imitaron la tecnología utilizada para tratar el Mal de Parkinson y la aplicaron a personas que sufrían de anhedonia logrando impactantes resultados en el estímulo de su deseo sexual.
Esta tecnología consiste en colocar un chip en la zona de la corteza orbitofrontal del cerebro, justo detrás de los ojos, donde se ubican las áreas del cerebro relacionadas con las funciones del sexo y la alimentación.
Este dispositivo tecnológico, desarrollado por el especialista Morten Kringelbach, funciona dando pequeños shocks en la zona en que es implantado, los disparos de chip funcionan como estímulos para esta parte del cerebro ordenándole despertarse.
Según el facultativo, miembro de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, este tipo de tratamientos serían muy útiles, no sólo para tratar a personas que sufren de pérdida del deseo sexual sino, en sentidos más amplios, para tratar la anhedonia, una afección que se caracteriza por la pérdida de interés y satisfacción en todas las actividades que se realizan.
Antecedentes
Algunos años antes del desarrollo de este chip se hizo una prueba con una versión más rústica del mismo que se aplicó a una mujer que había perdido el deseo sexual, generando un cambio radical debido a que se transformó en alguien sexualmente activo; debido al repentino cambio esta persona solicitó que se le quitara el dispositivo.
Este antecedente permitió a los científicos a cargo de Kingelbach crear un dispositivo más sensible y controlado que implique un shock menor en las vidas y rutinas de los pacientes a los que se les aplica. Además, junto con este invento, se abrieron nuevas posibilidades a la investigación apuntadas a potenciar las funciones de chips implantados en el cerebro para trabajar sobre la anhedonia.
Fuente: salud.com.ar
Fue un desarrollo ingles que causó gran revuelo hace unos años y hoy se investigan nuevas posibilidades.
Morten Kringelbach, su desarrollador, profesor de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, se inspiró en los chips que se implantan en el cerebro de personas con el mal de Parkinson para tratar esta enfermedad. Su éxito es un hecho y ahora se investigan sus potencialidades para tratar la Anhedonia.
La anhedonia es la incapacidad de disfrutar de las cosas, sentir satisfacción, interés o plenitud con nada; ésta afecta, entre otras cosas, al deseo sexual. Con el desarrollo de este chip, que se inserta en la corteza orbitofrontal del cerebro y envía pequeños shocks a las áreas responsables de despertar el deseo sexual, se logró revertir este tipo de patologías en muchas personas.
El antecedente de Kingelbach sumado a los avances científicos ha puesto esfuerzos a trabajar en direcciones más amplias al intentar crear un dispositivo más sensible y controlado que trabaje sobre otras zonas de cerebro a fin de poder tratar diversas enfermedades o trastornos relacionados con el deseo, el interés y la satisfacción.
Hace algunos años científicos ingleses imitaron la tecnología utilizada para tratar el Mal de Parkinson y la aplicaron a personas que sufrían de anhedonia logrando impactantes resultados en el estímulo de su deseo sexual.
Esta tecnología consiste en colocar un chip en la zona de la corteza orbitofrontal del cerebro, justo detrás de los ojos, donde se ubican las áreas del cerebro relacionadas con las funciones del sexo y la alimentación.
Este dispositivo tecnológico, desarrollado por el especialista Morten Kringelbach, funciona dando pequeños shocks en la zona en que es implantado, los disparos de chip funcionan como estímulos para esta parte del cerebro ordenándole despertarse.
Según el facultativo, miembro de la Facultad de Psiquiatría de la Universidad de Oxford, este tipo de tratamientos serían muy útiles, no sólo para tratar a personas que sufren de pérdida del deseo sexual sino, en sentidos más amplios, para tratar la anhedonia, una afección que se caracteriza por la pérdida de interés y satisfacción en todas las actividades que se realizan.
Antecedentes
Algunos años antes del desarrollo de este chip se hizo una prueba con una versión más rústica del mismo que se aplicó a una mujer que había perdido el deseo sexual, generando un cambio radical debido a que se transformó en alguien sexualmente activo; debido al repentino cambio esta persona solicitó que se le quitara el dispositivo.
Este antecedente permitió a los científicos a cargo de Kingelbach crear un dispositivo más sensible y controlado que implique un shock menor en las vidas y rutinas de los pacientes a los que se les aplica. Además, junto con este invento, se abrieron nuevas posibilidades a la investigación apuntadas a potenciar las funciones de chips implantados en el cerebro para trabajar sobre la anhedonia.
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