Fuente: elconfidencial.com
Muchas mujeres sufren complejos, miedos y tapujos que aniquilan cualquier posibilidad de disfrutar de un encuentro carnal. Así es como pueden acabar con su nefasta influencia.
Para que el sexo resulte placentero para las féminas es fundamental que estén relajadas para disfrutar, probar cosas nuevas, cambiar de posturas, saborear el momento… Y los ascos nunca son buenos compañeros de viaje. Si dejan que los escrúpulos, miedos y vergüenzas se apoderen de la situación, se acabó la pasión (y ni qué decir de la posibilidad de tener un orgasmo).
La sexóloga experta en relaciones de pareja Tracey Cox, habitual del diario británico 'The Daily Mail', cree que una gran cantidad de mujeres están condicionadas por una serie de “pecados sexuales” que arruinan su vida sexual. Buenas noticias: pueden arreglarse fácilmente.
Aprensiones, tabúes, complejos o tapujos que aniquilan cualquier posibilidad de disfrutar de un encuentro carnal. Si te reconoces en alguna de ellas, trata de acabar con su nefasta influencia y soluciona de una vez por todas tu vida sexual.
Escrúpulos con el sexo oral
“El sexo oral es la forma con la que la mayoría de las personas alcanzan orgasmos más intensos”, asegura Cox. Cierto, puede que hace décadas pudiese visualizarse el concepto en sí como algo desagradable, pero actualmente es una de las prácticas más comunes y satisfactorias que juega un papel relevante para las féminas en los preliminares.
A muchas mujeres les preocupa enfrentarse tan directamente a olores, texturas o restos inesperados, así como que sus parejas se sumerjan en sus zonas más íntimas sin ser plenamente conscientes de que éstas estén completamente limpias. La higiene es importante, cómo no, pero no puede ser un punto obsesivo. “Prueba a saltar sobre él justo cuando esté saliendo de la ducha, pero muestra entusiasmo y ganas, que no parezca que le estás haciendo un enorme favor”, recomienda la experta.
Otro de los problemas comunes a la hora de practicar sexo oral a sus parejas suele ser la sensación de ahogo que, en muchas ocasiones, se traduce en desagradables arcadas. He aquí un buen truco: respira por la nariz y procura no introducir el pene hasta que toque la campanilla para evitar sustos. Ayúdate de las manos y recuerda que no todo es succionar, lamer la zona circundante –no caigas en el error de centrarte sólo en el falo–, acariciar y agitar son movimientos que te permitirán coger aire sin que nadie en la escena deje de disfrutar.
Más vale malo conocido...
Ya sea por comodidad, porque han encontrado en el ritual habitual la manera más rápida para llegar al orgasmo, por cansancio o por simple y llana dejadez, son muchas las mujeres que cometen el pecado sexual de no querer probar cosas nuevas en la cama.
“Nada mata más rápido la vida sexual que una pareja que se niega a salir de su zona de confort en las relaciones sexuales”, advierte Cox. Aunque halláis encontrado una posición en la que ambos estéis cómodos y el sexo resulte satisfactorio, repetir el mismo ritual en cada encuentro puede resultar de lo más aburrido. Puede que sigas llegando al orgasmo, ¿pero son cada vez más intensos? Probablemente no, y es necesario innovar para saber qué puede o no funcionar, cerrando las puertas exclusivamente a peticiones que sepamos a ciencia cierta que van a resultar desagradables a nivel físico y mental (como quien dice, que sepas que van a acabar en trauma).
Si la otra persona es capaz de confesarnos alguna fantasía sexual que le encantaría realizar, “en lugar de poner tu cara habitual de '¿pero qué me estás contando'?, piensa en ello”, recomienda encarecidamente la sexóloga, quien sugiere que también sean ellas quienes propongan algo de vez en cuando.
No conocen su propio cuerpo
La mayoría de las mujeres tienen su primer orgasmo en solitario, ya que, a diferencia de los hombres, alcanzar el clímax no es un proceso fácil para ellas y tienen qué descubrir dónde y cómo tocar para disfrutarlo. Y como todo trabajo de aprendizaje, la masturbación tiene sus beneficios a medio y largo plazo: el 95% de las féminas que la practican alcanzan el orgasmo.
“Dicho de otra manera”, puntualiza Cox, “es muy probable que una mujer que nunca se haya masturbado, no haya tenido un orgasmo en su vida. Muchas lo evitan por vergüenza y por falta de intimidad, pero el esfuerzo de buscar unos minutos para experimentar con sus genitales y localizar zonas de placer tiene sus recompensas. Es fundamental hacernos un mapa sexual individual y aprendernos el camino al dedillo –nunca mejor dicho–, para saber guiar a nuestras parejas de cama.
Nunca empiezan el sexo
Es bastante más común de lo que cualquier mujer quiera admitir, pero el hecho es que casi siempre son ellos quienes demandan sexo. Sin embargo, sentirse poderosas, atractivas y sexis al sentarse de pronto sobre ellos en el sofá, bajar sus pantalones o desabrochar sus cinturones, puede conducir a relaciones sexuales bastante más placenteras y lujuriosas que esperar en la cama a que se nos echen encima.
El sexo rutinario y repetitivo mata la pasión. Iniciar las relaciones sexuales cuando no suele, puede aumentar la libido para ambos. Es conveniente dar el primer paso tan a menudo como sea posible, recomienda Cox, quien exagera que las mujeres toman la iniciativa “incluso cuando en realidad no desean tener sexo”.
Vergüenzas intermitentes
“Un minuto están gimiendo y gimiendo llenas de lujuria desenfrenada y al siguiente totalmente calladas porque les da apuro el ruido”, ejemplifica la sexóloga. Una especie de coitus interruptus en el que lo mismo son las chicas más picantes y lanzadas del planeta que se tapan los senos con la sábana para que no se vea su cuerpo desnudo.
Las anécdotas embarazosas sobre sexo abundan por doquier, y no es de extrañar teniendo en cuenta la inmersa cantidad de personas a las que les cuesta dejarse llevar y se centran más en las velas, las sábanas de raso y en si la lencería de turno comprada específicamente para la ocasión está bien o mal colocada. Son muchas las mujeres a las que les cuesta desinhibirse y se sienten cohibidas, pero, en serio: ¿de verdad creéis que en ese momento a alguien le importa que vuestra ropa interior no conjunte, que no estéis totalmente depiladas o que la piel de tus muslos no sea tersa y firme como la de los anuncios de cremas anticelulíticas?
“El mal aliento, las risas nerviosas, los sonidos que salen de nuestros orificios… Hay tantos desastres potenciales en cualquier relación sexual que tendríamos que evitar practicar sexo si pretendemos mantenernos siempre perfectos”, comenta Cox. Ha llegado el momento de olvidarnos de los tapujos, empezar a relajarnos y, de una vez por todas, disfrutar de una vida sexual a lo grande.
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