Sexo oral, ¿Por placer o por complacer? |
Abandonás su boca después de un excitante intercambio de besos, tirado en la cama sobre su cuerpo le chupás el cuello con pasión, jugás sobre su pezón izquierdo con la lengua y atacás el seno por debajo con un chupón intenso, entreteniéndote en saborearlo completamente. Seguís tu camino descendente por el centro de su cuerpo, pasás por su pequeño ombligo que decora un abdomen plano y continuando con el tour bajás hasta que la tela de una colaless blanca interrumpe tu recorrido. Te incorporás y te bajás de la cama arrodillándote a los pies de ella, ante la atenta mirada de quién te espera deseosa y excitada. Te abrazás a sus piernas y tirando de ellas la acercás hacia tí, su sexo cubierto por la tela de su ropa interior queda ante tu vista. La prenda la tapa por completo, sólo el inicio de sus labios mayores logra divisarse y el ano se adivina por el oscurecer de la piel a su alrededor. Entre los labios menores se encierra un mínimo doblez de la tela producto del tirón, la humedad propia de la excitación se marca en él. Acercás tu boca a la parte interna de sus muslos y saltando de una a otra pierna chupás acercándote a su sexo que te espera desafiante, deseoso de recibir tu lengua húmeda. Sin hacerla esperar más, tomás de ambos lados el elástico de la colaless y tirando de ellos se la sacás, con la paciencia de alguien que busca hacerse desear aunque se muera de ganas de ir directamente a la acción. Contemplás ante tu vista su sexo, decorado con un hilo de vellos depilados prolijamente que se pierden en su pubis y sus labios menores empapados demostrando una gran excitación. Tu rostro se acerca, tu lengua sale completamente empapada y... Te invitamos a contarnos como seguiría esta historia si el protagonista fueras tú, ¿Te acercás a su sexo y lo chupás apasionadamente, lo hacés sin demasiado entusiasmo buscando sólo complacerla ó te ponés de pié dejándola con todas las ganas?, contanos... ¿Cuánto disfrutás el practicarle a una mujer sexo oral? |
Los sonidos del placer |
La unión de las maderas cruje cuando los tornillos que sostienen las patas de la cama ceden levemente ante el intenso movimiento que los cuerpos generan. La fricción del roce entre el mueble y el piso produce un chirrido constante que se repite en cada embestida, en cada penetración. La punta del miembro ingresa en lo profundo de la vagina produciendo sensaciones sumamente placenteras, recibidas entre gritos y gemidos de placer. El esfuerzo físico de una intensa relación sexual se refleja en los soplidos y suspiros que los protagonistas emiten y transmiten en el aire. El sexo produce y se refleja en ruidos propios del acto amatorio, sonidos que en ocasiones se tratan de disimular y en ocasiones se dejan escapar sin ningún tipo de disimulo. Te invitamos a compartir con nosotros tu postura, ¿Dejás que oyentes ocasionales sean testigos de tus escandalosas relaciones sexuales o hacés lo imposible por silenciar cada sonido que te deje en evidencia? |