Fuente: tn.com.ar
“Fue lo mejor que le pudo pasar en la vida”, dijo la profesora después de que los colegas la denuncien con el director de la escuela.
Sarah Juree trabajaba como maestra en una primaria de Estados Unidos, pero todo cambio cuando tomó la decisión de bajar de peso. “Pesaba 90 kilos cuando comencé a dar clases”, confesó en diálogo con The Sun. Tras buscar un cambio físico radical, la mujer pudo adelgazar más de 20 kilos y obteniendo más seguridad en sí misma, pero parece que también desató la envidia de sus compañeros de trabajo. “Me denunciaron con el director por subir fotos subidas de tono a las redes y me echaron”, aseguró.
A raíz del giro de 180° que dio su vida, Sarah decidió que era tiempo de darle una oportunidad a su cuerpo. “Siempre tuve problemas con mi peso. Una vez que adelgacé quise aprovecharlo y empecé a subir fotos”, confesó la exmaestra de 41 años. Según pudo contar, ahora gana en un mes lo que antes ganaba en un año: “Perder ese trabajo fue lo mejor que me pasó. Ahora gano 15 mil dólares al mes”, afirmó.
Sarah había comenzado un cambio físico para sentirse mejor con ella misma y eso mismo la fue llevando a “crear una página de acondicionamiento físico en Instagram para compartir su proceso” y ayudar a otras mujeres que estuvieses en su misma situación. Pero, su “glow up” y las fotos que compartía en redes parecieron enojar a algunos compañeros que la deschavaron con el director de su escuela y decidieron echarla.
Aunque en su momento, el cambio fue inesperado, ella se sentía tan bien con lo que había logrado y con lo que estaba construyendo que rápidamente pudo salir adelante. Comenzó a vestirse distinto, a actuar distinto y todo eso se vio reflejado en sus redes, donde los seguidores comenzaron a subir sin parar.
“A medida que perdí peso me hice fotos un poco más profesionales y me convertí en modelo”, y ahora me siento sexy por primera vez en mi vida a los 40 y como mamá”, destacó teniendo en cuenta todo lo que eso conlleva en la presión de una mujer día a día.
También reflexionó sobre la sensualidad y entendió que paras ella “sentirse sexy es un estado de ánimo”. “Puedo redefinir los estándares de belleza, soy bajita y con curvas, tengo celulitis y estrías, pero soy sexy porque lo siento por dentro y así me muestro. La actitud también lo es todo”.
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