Infieles

Sexo oral, a un hombre
Te agachás apoyando una a una tus rodillas en el piso, tomándote de su cintura y luego de sus piernas. Tus ojos no dejan de posarse ni un segundo en el bulto que se dibuja perfectamente en su boxer blanco. La lycra que conforma la tela trasluce, dejándote ver un pene rígido y acomodado en diagonal haciendo fuerza para salirse de la prenda. El prepucio intenta sin éxito cubrir la totalidad del miembro dejando la punta del glande fuera, una población densa de vellos rizados de tono rojizo decoran los alrededores y en la piel clara de un tronco grueso y macizo se dibuja un mapa de venas marcadas por la misma excitación de su poseedor. Con el apuro propio de tu deseo incontenible, con la boca entre abierta y con los labios húmedos con tu propia saliva tirás del elástico con ambas manos, siguiendo con mucha atención cada movimiento generado en aquél trozo de carne. Como el soporte de una grúa que acaba de romperse, el miembro cae ante tu atónita mirada pesadamente, se sacude frente a tu rostro repetidas veces hasta terminar apuntándote directamente a la boca. Abandonás el boxer en mitad de sus muslos, te apoyás con ambas manos sobre sus piernas y acercándote a aquél enhiesto miembro...
Te invitamos a contarnos como seguiría esta historia si la protagonista fueras tú, ¿Te la llevás a la boca y la chupás apasionadamente, lo hacés sin demasiado entusiasmo buscando sólo complacerlo o volvés a ponerte de pié dejándolo con todas las ganas?, contanos... ¿Cuánto disfrutás el practicarle a un hombre sexo oral?
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