Infieles

Más adolescentes mendocinos acuden al psicólogo para "salir del closet"

Fuente: losandes.com.ar
Los profesionales advierten que la adrenalina y la búsqueda de nuevas emociones además de la influencia de las novelas televisivas y los personajes de la farándula suman confusión a los chicos que llegan al consultorio.
por Gastón Bustelo

"Papá tengo que hablar con vos, sé que no va a ser fácil, pero tenés que entender que me gustan los chicos", cuenta más tranquilo José Luis cuando recuerda el momento en el que su hijo adolescente le dijo que sentía preferencia por las personas de su mismo sexo.

La historia de José Luis puede ser la de cualquier padre que debe enfrentar una situación para la cual no está preparado. Es que no es fácil escuchar la frase "papa soy gay" cuando quien la pronuncia (hombre o mujer) está atravesando la adolescencia. En los consultorios psicológicos comienzan a llegar con más frecuencia chicos y chicas que manifiestan su homosexualidad, pero los profesionales los perciben muy confundidos.

Si bien los chicos cuentan su preferencia sexual por personas de su mismo sexo, a los profesionales no les queda claro si la opción elegida ha sido meditada, o si en realidad están atravesando por una crisis de identidad sexual debido al estado de perturbación y temor que presentan.

Consideran que la identidad sexual está siendo tomada con liviandad y que muchos tienen contactos homosexuales por simple snobismo y no porque en realidad sientan deseos de estar toda la vida con una persona de su mismo sexo.

Coinciden los profesionales en que si bien es cierto que hoy hay más libertad para hablar de la homosexualidad, los condicionamientos sociales siguen operando y el aumento de las consultas no pasa tanto por la mayor apertura para exponer la identidad sexual que eligen, sino por la angustia y padecimiento que les genera es situación.

"A mí no me cuesta entender la homosexualidad, pero creo que mi hijo es muy chico para tener claro que le gustan los hombres y no las mujeres", explica José Luis, a quien su hijo le confesó su preferencia por las personas de su mismo sexo.

Desde ese día el adolescente hace su vida normal, pero para sus padres el tema no es tan sencillo: "Queremos ver cómo sigue, si él en realidad es homosexual y le gustan los hombres lo apoyaremos y lo cuidaremos, no lo vamos a exponer y creo que hasta vamos a tener que cuidarlo más. Pero estamos confundidos, no sabemos si él tiene claro lo que le pasa".

Nuevas emociones
La psicóloga Vilma Jilek explica que la adrenalina y la búsqueda de nuevas emociones juega a favor de la confusión, por eso llegan al consultorio. "Nos damos cuentan de que no tienen claro qué les pasa. Viven el todo vale y así la sexualidad se degrada mucho y hay una pérdida total de la espiritualidad. Lamentablemente cada vez tenemos más casos así".

Una visión similar sobre el problema tiene la psicóloga Dina Federman: "Se ha exacerbado mucho la sexualidad y los chicos no saben si se han identificado tanto como para definirse y eso los hace elegir mal. Lo hacen porque está de moda y lo ven mucho en la tele, es otra variable del todo vale. Hacen una exaltación entre sus pares de haber estado con hombres y mujeres o de haber tenido contactos homosexuales. Si antes un chico se vanagloriaba porque había tenido muchas mujeres, ahora un adolescente lo hace diciendo que estuvo con hombres y mujeres".

Jilek refuerza con un ejemplo: "Esto es como la droga, prueban y no por eso son adictos. Es lo mismo, se habla en los medios del tema y quieren incursionar. Prueban y mientras tanto dicen que son homosexuales o bisexuales. Jóvenes y adolescentes vienen bloqueados en su parte afectiva, no hay un compromiso de sentir y quieren nuevas sensaciones, hay un manejo mecánico de la sexualidad que denigra y no los hace más personas".

Motivos
Los psicólogos entienden que es comprensible que la confusión domine la cabeza de padres e hijos y los motivos son varios. El bombardeo mediático al que están sometidos los adolescentes nadie lo discute y a esa relación hay que agregarle también la fuerte aparición en los medios de las diferentes opciones sexuales. Internet también opera como un jugador importante en esta relación.

Desde la confesión del cantante Ricky Martin, a través de la cual hizo pública su homosexualidad, pasando por la novela Botineras, en la que dos jugadores de fútbol se besan con pasión en cada capítulo, hasta los besos en la boca entre mujeres de la farándula; todo suma para que "los adolescentes se hagan cargo con liviandad de todo un tema complicado como es su identidad sexual", señala Federman.

Por su parte, Jilek agrega: "Consultan más los varones; pareciera que las mujeres tienen más libertad para elegir. Que un chico haya tenido una experiencia homosexual entre los 14 y los 17 años, no quiere decir que haya elegido su identidad sexual y que sea homosexual".

En esta situación considera José Luis que se encuentra su hijo: "Con mi mujer hemos decidido esperar y mientras tanto acompañarlo, pero insisto en que no tenemos claro lo que le sucede y esto no significa querer negar la posibilidad bastante cercana de tener un hijo gay".

Cuenta también que "no sospechaba nada, nunca vi ningún indicio, no me llamaba la atención ni cómo se vestía, ni con quién se juntaba. Quizás estuve ocupado en otras cosas, pero todo pasa muy rápido con los hijos. Dejaste de comprar pañales y al otro día te piden las llaves del auto".

María del Carmen (47) pasó por una situación similar con su hija, un día abrió la puerta de su habitación y la encontró "acariciándose y jugando" con su amiga.

"Fue duro, sufrimos mucho todos, pero ella aceptó comenzar a hacer terapia y poco a poco se fue ordenando lo que sentía y lo que pensaba. También en la familia tuvimos que hacer cambios, nos indicaron que ella debía sentirnos cerca y acompañarla en el proceso. Lo hicimos y resultó, hoy creo que lo que hizo fue una forma de llamar la atención. Algunos utilizan las drogas y otros adolescentes se toman pastillas fingiendo querer matarse".

Enfrentar a los padres
Los psicólogos cuentan que los adolescentes llegan al consultorio también para que ellos los ayuden a enfrentar a sus padres y confesarles su homosexualidad. "No lo viven fácil. Alardean, pero tienen mucho miedo, se les nota la perturbación. La consulta todavía da vergüenza, a los padres les cuesta venir y contar", cuenta Federman.

"Lo veía parado y hablando con mucha inseguridad, lo percibí poco creíble, no daba ni para enojarse, pero sí me daba mucho dolor", recuerda José Luis.

Las reacciones de los padres son distintas: "Es raro que lo acepten. Está desde el que dice te mato, hasta que el que quiere que tengan su novio o novia del mismo sexo pero que no lo lleve a la casa, que oculte su homosexualidad ante la familia ampliada y ante los amigos del matrimonio; y si tienen los medios les proponen también irse a vivir fuera de la provincia", explica la psicóloga María Eugenia Trombetta.

Jilek dice que a veces los hermanos también se niegan a aceptar la homosexualidad de su hermano o hemana y remata: "No falta el padre que nos pide que convenzamos al adolescente para que deje a su novio o novia. Le explicamos que no es así la cosa, que hay que ayudarlo para que la elección del adolescente sea plena, madurada y meditada para que sean felices".

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