Fuente: edant.clarin.com
En el penal de Almafuerte están los presos que se tratarán.
El constante aumento de las denuncias por abusos sexuales llevó al gobernador de Mendoza, Celso Jaque (PJ), a poner en marcha un plan de tratamiento para violadores reincidentes que incluye la castración química, y que comenzará a funcionar en junio. Los condenados por delitos sexuales que participen del plan experimental voluntario podrán acceder a mejores condiciones para recibir beneficios de libertad asistida y salidas transitorias.
Los equipos de profesionales que abordarán el tratamiento psicológico, social y farmacológico de los violadores, comenzarán a trabajar con los 20 presos del penal de Almafuerte que ya manifestaron por escrito su voluntad de someterse al plan.
El ministro de Gobierno mendocino, Mario Adaro, explicó que "ya está previsto en el presupuesto la adquisición de fármacos que funcionan como inhibidores sexuales". Se trata de pastillas e inyecciones con una fuerte dosis de antiandrógenos que son utilizados para disminuir la libido y la potencia sexual. La droga más utilizada para este tratamiento es la ciproterona. Los resultados pueden verse en días o semanas, de acuerdo a las dosis que ingieran los condenados.
De acuerdo con un dictamen del técnico que avaló la castración química en Mendoza, el tratamiento sólo puede durar mientras el paciente lo acepte. En nuestra legislación, al extinguirse la pena por el delito cometido, se termina la obligación de continuar con el tratamiento.
El psiquiatra Rubén Contreras, integrante del comité científico, dijo que "si el individuo pasa entre 15 y 21 días sin medicación, vuelve a cero". El plan sólo funcionará si se compromete con el tratamiento a la familia del violador y a su entorno para cumplir la rehabilitación.
Según informó la Subsecretaría de Justicia de Mendoza, ya comenzó la capacitación de los 21 integrantes del equipo que trabajará con los violadores. El 80% de los voluntarios son reincidentes y tienen penas superiores a los 10 años de prisión.
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