Hablar de sexualidad sigue siendo un desafío
Fuente: lagaceta.com.ar
La Ley 21.650 genera expectativas entre la comunidad docente, cuyos miembros están ávidos por obtener información correcta sobre el tema. En Tucumán todavía no se enseña el tema como una materia, pero hay experiencias de dictado "transversal". Capacitación.
A partir de la Ley 21.650, o de creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, todos los niños, jóvenes y adultos que están dentro del sistema educativo argentino tienen el derecho a recibir educación sexual integral, y el Estado, la obligación de implementar políticas tendientes a disminuir la exclusión, marginación y toda forma de discriminación que afecten el ejercicio pleno de ese derecho. Es decir, por ejemplo, que los chicos de las escuelas públicas barriales y rurales o de alta montaña recibirán los mismos conocimientos científicos que los alumnos que cursan sus estudios en colegios privados y escuelas urbanas.
Para ello el Consejo Federal de Educación, dictó en 2008 los lineamientos comunes que tendrá la curricula de educación sexual integral que, de acuerdo a la ley, se aplicarán en todos los niveles y modalidades de la educación sistemática, desde el jardín de infantes, hasta la secundaria, pasando por los terciarios, adultos y alumnos con discapacidad, hasta los que estudian para ser maestros y profesores. Todos, absolutamente todos, incluyendo a los colegios confesionales tienen, según la ley, la obligación de capacitar a sus docentes para que estos conocimientos lleguen a los educandos.
Si bien en Tucumán, como en la mayoría de las provincias, aún no se enseña educación sexual planificada, las escuelas vienen aplicando experiencias que han sido favorables a los intereses de sus estudiantes, en talleres, charlas con profesionales, y proyectos de investigación. Lo positivo de la norma nacional es que a partir de ahora, la enseñanza no será asistemática, sino organizada y planificada gradualmente, teniendo en cuenta la edad de los alumnos y los contenidos seleccionados.
Enfoque integral
La referente del Programa de Educación Sexual Integral del Ministerio de Educación, María Fernanda Beltrame, dijo que la educación sexual es "un derecho y un desafío", y explicó que no es sinónimo de información sobre biología y fisiología humana. "Debe integrar, de modo transversal, los aspectos biológicos con los psicológicos, culturales, sociales, afectivos y contextuales", destacó. "El objetivo primordial es lograr que los alumnos comprendan que tienen un cuerpo, que está atravesado por afectos, emociones, por la sociocultura, por un sistema de valores, y que puede ser fuente de sensaciones variadas (que oscilan entre el placer y el dolor) y que por lo tanto existen tantas subjetividades como personas en el mundo", aseguró. Beltrame explicó que durante mucho tiempo fueron los médicos quienes iban a las escuelas a dar charlas sobre los cambios puberales o sobre enfermedades de transmisión sexual que los docentes no podían o no sabían brindar o porque "de eso" no se hablaba. "Era una charla asistemática, pero a partir de la ley, se pretende que cada establecimiento educativo diseñe su proyecto en forma sistemática y planificada, adaptando los contenidos sugeridos por el Consejo Federal de Educación, a la edad y contextualidad de los educandos", indicó la profesional, quien reconoció que aún no llegaron a la provincia los cuadernillos preprados por la nación para las escuelas. Beltrame dijo que con ese material y la capacitación se podrá avanzar. La norma establece una etapa de capacitación que puede extenderse hasta el año 2014, y en la provincia esto se está cumpliendo en forma expansiva, ya que en el 2008, dos de cada cinco profesores de escuelas secundarias han concluido y aprobado el curso virtual a distancia del Ministerio de Educación de la Nación.
En 2009, la Universidad Nacional de Tucumán ha formado a través de su Programa de Educación Sexual Integral (Puesi, creado por el Consejo Superior ) a 800 docentes, la mayoría perteneciente a las escuelas experimentales, y al sistema provincial, según explicó la psicóloga y sexóloga Carolina Moreno de García, una de las profesionales responsables del postítulo universitario, que dictan Héctor Carrizo (pedagogía de la sexualidad), Francisco Viola ( Ley de Educación Sexual Integral) y Carlos Zain (Fisiología: gineocourología adaptada a los docentes). Para este año hay 380 inscriptos. Se estima que hasta el 2014, la gran mayoría de los docentes, que son aproximadamente 37.000, habrán recibido capacitación.
Rompiendo barreras
Sólidas barreras mentales han tenido que romper los capacitadoress. A los docentes, formados bajo los paradigmas de la vieja educación, les cuesta romper fuertes resistencias culturales, contó Moreno de García. "Creencias e ideologías, prejuicios y hasta mitos arraigados fuertemente durante toda su formación -incluso contradiciendo saberes científicos- hace que, la mayoría, ni siquiera se anime a pronunciar las palabras pene, vagina, o coito. Reconocen que su formación en la temática es limitada, pero están preocupados por poder llegar a sus alumnos con las respuestas adecuadas y correctas ", dijo la psicóloga, quien sostuvo que así como para enseñar a leer hay que saber leer, impartir educación sexual supone conocer, saber y poder adaptar esos conocimientos a las realidades humanas que existen en las aulas.
La Ley 21.650 genera expectativas entre la comunidad docente, cuyos miembros están ávidos por obtener información correcta sobre el tema. En Tucumán todavía no se enseña el tema como una materia, pero hay experiencias de dictado "transversal". Capacitación.
A partir de la Ley 21.650, o de creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral, todos los niños, jóvenes y adultos que están dentro del sistema educativo argentino tienen el derecho a recibir educación sexual integral, y el Estado, la obligación de implementar políticas tendientes a disminuir la exclusión, marginación y toda forma de discriminación que afecten el ejercicio pleno de ese derecho. Es decir, por ejemplo, que los chicos de las escuelas públicas barriales y rurales o de alta montaña recibirán los mismos conocimientos científicos que los alumnos que cursan sus estudios en colegios privados y escuelas urbanas.
Para ello el Consejo Federal de Educación, dictó en 2008 los lineamientos comunes que tendrá la curricula de educación sexual integral que, de acuerdo a la ley, se aplicarán en todos los niveles y modalidades de la educación sistemática, desde el jardín de infantes, hasta la secundaria, pasando por los terciarios, adultos y alumnos con discapacidad, hasta los que estudian para ser maestros y profesores. Todos, absolutamente todos, incluyendo a los colegios confesionales tienen, según la ley, la obligación de capacitar a sus docentes para que estos conocimientos lleguen a los educandos.
Si bien en Tucumán, como en la mayoría de las provincias, aún no se enseña educación sexual planificada, las escuelas vienen aplicando experiencias que han sido favorables a los intereses de sus estudiantes, en talleres, charlas con profesionales, y proyectos de investigación. Lo positivo de la norma nacional es que a partir de ahora, la enseñanza no será asistemática, sino organizada y planificada gradualmente, teniendo en cuenta la edad de los alumnos y los contenidos seleccionados.
Enfoque integral
La referente del Programa de Educación Sexual Integral del Ministerio de Educación, María Fernanda Beltrame, dijo que la educación sexual es "un derecho y un desafío", y explicó que no es sinónimo de información sobre biología y fisiología humana. "Debe integrar, de modo transversal, los aspectos biológicos con los psicológicos, culturales, sociales, afectivos y contextuales", destacó. "El objetivo primordial es lograr que los alumnos comprendan que tienen un cuerpo, que está atravesado por afectos, emociones, por la sociocultura, por un sistema de valores, y que puede ser fuente de sensaciones variadas (que oscilan entre el placer y el dolor) y que por lo tanto existen tantas subjetividades como personas en el mundo", aseguró. Beltrame explicó que durante mucho tiempo fueron los médicos quienes iban a las escuelas a dar charlas sobre los cambios puberales o sobre enfermedades de transmisión sexual que los docentes no podían o no sabían brindar o porque "de eso" no se hablaba. "Era una charla asistemática, pero a partir de la ley, se pretende que cada establecimiento educativo diseñe su proyecto en forma sistemática y planificada, adaptando los contenidos sugeridos por el Consejo Federal de Educación, a la edad y contextualidad de los educandos", indicó la profesional, quien reconoció que aún no llegaron a la provincia los cuadernillos preprados por la nación para las escuelas. Beltrame dijo que con ese material y la capacitación se podrá avanzar. La norma establece una etapa de capacitación que puede extenderse hasta el año 2014, y en la provincia esto se está cumpliendo en forma expansiva, ya que en el 2008, dos de cada cinco profesores de escuelas secundarias han concluido y aprobado el curso virtual a distancia del Ministerio de Educación de la Nación.
En 2009, la Universidad Nacional de Tucumán ha formado a través de su Programa de Educación Sexual Integral (Puesi, creado por el Consejo Superior ) a 800 docentes, la mayoría perteneciente a las escuelas experimentales, y al sistema provincial, según explicó la psicóloga y sexóloga Carolina Moreno de García, una de las profesionales responsables del postítulo universitario, que dictan Héctor Carrizo (pedagogía de la sexualidad), Francisco Viola ( Ley de Educación Sexual Integral) y Carlos Zain (Fisiología: gineocourología adaptada a los docentes). Para este año hay 380 inscriptos. Se estima que hasta el 2014, la gran mayoría de los docentes, que son aproximadamente 37.000, habrán recibido capacitación.
Rompiendo barreras
Sólidas barreras mentales han tenido que romper los capacitadoress. A los docentes, formados bajo los paradigmas de la vieja educación, les cuesta romper fuertes resistencias culturales, contó Moreno de García. "Creencias e ideologías, prejuicios y hasta mitos arraigados fuertemente durante toda su formación -incluso contradiciendo saberes científicos- hace que, la mayoría, ni siquiera se anime a pronunciar las palabras pene, vagina, o coito. Reconocen que su formación en la temática es limitada, pero están preocupados por poder llegar a sus alumnos con las respuestas adecuadas y correctas ", dijo la psicóloga, quien sostuvo que así como para enseñar a leer hay que saber leer, impartir educación sexual supone conocer, saber y poder adaptar esos conocimientos a las realidades humanas que existen en las aulas.
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