Entre Ríos: cuatro mujeres se tratan por aborto por día
Fuente: eldiariodeparana.com.ar
Oficialmente la provincia contabiliza que ocurren 1.500 tratamientos médicos por interrupción del embarazo a lo largo del año y de éstos, 3 de cada 10 son provocados. Está generalizada la entrega de anticonceptivos orales e inyectables, pero la ligadura y la vasectomía son cirugías menos comunes.
En 2009, Entre Ríos registró un total de 20.696 nacimientos, aunque no todos esos niños que llegaron a este mundo fueron deseados o buscados por sus papás, y no todas las mujeres que se embarazaron llegaron a ese estado por elección y decisión concientes. Algunos fueron embarazos no deseados, por falta de información, de conocimiento del propio cuerpo, de las elementales reglas de reproducción.
De esos partos ocurridos, 8.233 se registraron en hospitales públicos, y allí quedó al trasluz una realidad que las estadísticas sanitarias de Entre Ríos vienen reflejando desde hace por lo menos una década: el sostenido crecimiento de los embarazos adolescentes. El 27,6% de esas mamás tienen menos de 20 años. Todavía más: el 4% es menor de 15 años, en una precocidad que baja hasta los 10 años.
El Estado provincial cuenta en su red de 365 efectores sanitarios –hospitales, centros de salud, servicios municipales– con un programa de salud sexual y reproductiva que actúa en dos fases: la primera es una consejería que da toda la información necesaria respecto de los métodos anticonceptivos; y una segunda instancia, ante el médico, que es quien prescribe finalmente el método escogido. Pero el plan no llega a todas: 2009 cerró con un padrón general de 50 mil mujeres registradas, una cifra que representa el 40% del total de mujeres en edad fértil.
Los métodos anticonceptivos, orales, inyectables, los preservativos, se entregan de modo gratuito, pero no consiguen llegar a todas y a todos.
POBREZA. “En los hospitales y en los centros de salud está todo disponible para que la mujer acceda sin problemas a los métodos anticonceptivos. Primero está la consejería, que es el espacio de información en el que se explican ventajas y desventajas de los métodos, eficacia, formas de aplicación y cómo se utiliza, y a partir de eso, la mujer elige Y después está el médico. Esto es totalmente gratuito: la mujer tiene que saber que nadie tiene que pedirle un peso por un DIU (dispositivo intrauterino) o un preservativo. Va y lo pide, nada más”, dice Mónica Fasoni, jefa del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la Provincia.
En coordinación con el Programa Remediar, la provincia abastece a todos los centros sanitarios de la provincia, y según la estadística oficial, en lo que va de 2010 se repartieron 288.005 anticonceptivos hormonales orales; 32.024 anticonceptivos para mujeres que están amamantando; 93.790 inyectables; 7.159 anticonceptivos de emergencia (la denominada “píldora del día después); y 564.297 preservativos.
–¿Quién pide los preservativos?, le preguntó EL DIARIO a Fasoni.
–Lo pide más la mujer. No tenemos varones bajo programa. Muchas mamás los piden en los hospitales y centros de salud, y se los llevan para sus hijos adolescentes. Las cuestiones de género son muy fuertes, y sobre todo más en los sectores más pobres. Por eso insistimos en la necesidad de que las personas puedan hacerse dueñas de su vida sexual y reproductiva. Hay falta de información, no circula siempre en todos lados. Hay cuestiones de género que hace que las mujeres no se apropien. En los sectores más empobrecidos, es todavía más difícil. Las cuestiones de género son factores de riesgo que se potencian con la pobreza. Hay que saber que el anticonceptivo, salvo la ligadura, es un dispositivo de atención primaria básico. Es de muy alto impacto, bajo costo y con pocas complicaciones.
CIFRAS OCULTAS. El eje del Programa de Salud Sexual y Reproductiva, sostiene Fasoni, apunta a “evitar el embarazo no deseado y evitar el aborto, que muchas veces se usa como opción al anticonceptivo. Nuestra intención no es bajar el número de nacimientos, que de hecho vienen en baja, salvo entre las adolescentes, que crece”.
–¿Qué pasa con el aborto en los hospitales públicos?
–El aborto crea brechas. La mujer que accede a un aborto seguro no se enferma ni se muere. Pero la mujer de sectores pobres, accede a abortos inseguros, que la llevan a la enfermedad o a la muerte. Los datos que nosotros manejamos dicen que se producen alrededor de 1.500 internaciones por aborto cada año en la provincia. Claro que las estadísticas no discriminan cuántos son abortos espontáneos y cuántos abortos provocados. De todos modos, hay parámetros internacionales que nos indican que aproximadamente un 30% de los abortos es provocado.
La estadística es escalofriante: cada día se producen cuatro abortos en la provincia de Entre Ríos. Y más turbador es aún el diagnóstico si se tiene en cuenta que según cifras oficiales el 30% de la mortalidad materna es producto de abortos en curso practicados en forma clandestina, e insegura.
Ayer, el ministro de Salud, Ángel Giano, reafirmó la decisión del Gobierno de garantizar a toda la población el acceso a métodos anticonceptivos. “Desde Salud garantizamos la prestación de servicios en materia de salud sexual y reproductiva, por ello es que en los hospitales y centros de salud de la provincia se entregan anticonceptivos para que cada hombre y mujer tenga derecho a decidir responsablemente sobre sus pautas de reproducción”, dijo.
Lo que hay
La ley Nº 26.130 garantiza en todo el país el derecho a acceder a la realización de las prácticas denominadas “ligadura de trompas de Falopio” y “ligadura de conductos deferentes o vasectomía” en cada hospital o centro de salud que cuente con la tecnología y los profesionales necesarios. A esos métodos puede acceder toda persona “capaz y mayor de edad que lo requiera formalmente, siendo requisito previo inexcusable que otorgue su consentimiento informado”, según la ley. Y aclara que no es requisito el consentimiento “del cónyuge o conviviente ni autorización judicial”. Mónica Fasoni, responsable del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de Entre Ríos, dice que esas prácticas se realizan con cuentagotas. “La vasectomía no se hace. En cuanto a la ligadura de trompas, está desarrollándose incipientemente, muy de a poco. Hay que decir que la ligadura sólo se puede practicar en 24 de los 67 hospitales que hay. De esos 24, solamente 7 tienen un profesional que puede hacer vasectomía”.
Oficialmente la provincia contabiliza que ocurren 1.500 tratamientos médicos por interrupción del embarazo a lo largo del año y de éstos, 3 de cada 10 son provocados. Está generalizada la entrega de anticonceptivos orales e inyectables, pero la ligadura y la vasectomía son cirugías menos comunes.
En 2009, Entre Ríos registró un total de 20.696 nacimientos, aunque no todos esos niños que llegaron a este mundo fueron deseados o buscados por sus papás, y no todas las mujeres que se embarazaron llegaron a ese estado por elección y decisión concientes. Algunos fueron embarazos no deseados, por falta de información, de conocimiento del propio cuerpo, de las elementales reglas de reproducción.
De esos partos ocurridos, 8.233 se registraron en hospitales públicos, y allí quedó al trasluz una realidad que las estadísticas sanitarias de Entre Ríos vienen reflejando desde hace por lo menos una década: el sostenido crecimiento de los embarazos adolescentes. El 27,6% de esas mamás tienen menos de 20 años. Todavía más: el 4% es menor de 15 años, en una precocidad que baja hasta los 10 años.
El Estado provincial cuenta en su red de 365 efectores sanitarios –hospitales, centros de salud, servicios municipales– con un programa de salud sexual y reproductiva que actúa en dos fases: la primera es una consejería que da toda la información necesaria respecto de los métodos anticonceptivos; y una segunda instancia, ante el médico, que es quien prescribe finalmente el método escogido. Pero el plan no llega a todas: 2009 cerró con un padrón general de 50 mil mujeres registradas, una cifra que representa el 40% del total de mujeres en edad fértil.
Los métodos anticonceptivos, orales, inyectables, los preservativos, se entregan de modo gratuito, pero no consiguen llegar a todas y a todos.
POBREZA. “En los hospitales y en los centros de salud está todo disponible para que la mujer acceda sin problemas a los métodos anticonceptivos. Primero está la consejería, que es el espacio de información en el que se explican ventajas y desventajas de los métodos, eficacia, formas de aplicación y cómo se utiliza, y a partir de eso, la mujer elige Y después está el médico. Esto es totalmente gratuito: la mujer tiene que saber que nadie tiene que pedirle un peso por un DIU (dispositivo intrauterino) o un preservativo. Va y lo pide, nada más”, dice Mónica Fasoni, jefa del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de la Provincia.
En coordinación con el Programa Remediar, la provincia abastece a todos los centros sanitarios de la provincia, y según la estadística oficial, en lo que va de 2010 se repartieron 288.005 anticonceptivos hormonales orales; 32.024 anticonceptivos para mujeres que están amamantando; 93.790 inyectables; 7.159 anticonceptivos de emergencia (la denominada “píldora del día después); y 564.297 preservativos.
–¿Quién pide los preservativos?, le preguntó EL DIARIO a Fasoni.
–Lo pide más la mujer. No tenemos varones bajo programa. Muchas mamás los piden en los hospitales y centros de salud, y se los llevan para sus hijos adolescentes. Las cuestiones de género son muy fuertes, y sobre todo más en los sectores más pobres. Por eso insistimos en la necesidad de que las personas puedan hacerse dueñas de su vida sexual y reproductiva. Hay falta de información, no circula siempre en todos lados. Hay cuestiones de género que hace que las mujeres no se apropien. En los sectores más empobrecidos, es todavía más difícil. Las cuestiones de género son factores de riesgo que se potencian con la pobreza. Hay que saber que el anticonceptivo, salvo la ligadura, es un dispositivo de atención primaria básico. Es de muy alto impacto, bajo costo y con pocas complicaciones.
CIFRAS OCULTAS. El eje del Programa de Salud Sexual y Reproductiva, sostiene Fasoni, apunta a “evitar el embarazo no deseado y evitar el aborto, que muchas veces se usa como opción al anticonceptivo. Nuestra intención no es bajar el número de nacimientos, que de hecho vienen en baja, salvo entre las adolescentes, que crece”.
–¿Qué pasa con el aborto en los hospitales públicos?
–El aborto crea brechas. La mujer que accede a un aborto seguro no se enferma ni se muere. Pero la mujer de sectores pobres, accede a abortos inseguros, que la llevan a la enfermedad o a la muerte. Los datos que nosotros manejamos dicen que se producen alrededor de 1.500 internaciones por aborto cada año en la provincia. Claro que las estadísticas no discriminan cuántos son abortos espontáneos y cuántos abortos provocados. De todos modos, hay parámetros internacionales que nos indican que aproximadamente un 30% de los abortos es provocado.
La estadística es escalofriante: cada día se producen cuatro abortos en la provincia de Entre Ríos. Y más turbador es aún el diagnóstico si se tiene en cuenta que según cifras oficiales el 30% de la mortalidad materna es producto de abortos en curso practicados en forma clandestina, e insegura.
Ayer, el ministro de Salud, Ángel Giano, reafirmó la decisión del Gobierno de garantizar a toda la población el acceso a métodos anticonceptivos. “Desde Salud garantizamos la prestación de servicios en materia de salud sexual y reproductiva, por ello es que en los hospitales y centros de salud de la provincia se entregan anticonceptivos para que cada hombre y mujer tenga derecho a decidir responsablemente sobre sus pautas de reproducción”, dijo.
Lo que hay
La ley Nº 26.130 garantiza en todo el país el derecho a acceder a la realización de las prácticas denominadas “ligadura de trompas de Falopio” y “ligadura de conductos deferentes o vasectomía” en cada hospital o centro de salud que cuente con la tecnología y los profesionales necesarios. A esos métodos puede acceder toda persona “capaz y mayor de edad que lo requiera formalmente, siendo requisito previo inexcusable que otorgue su consentimiento informado”, según la ley. Y aclara que no es requisito el consentimiento “del cónyuge o conviviente ni autorización judicial”. Mónica Fasoni, responsable del Programa de Salud Sexual y Reproductiva de Entre Ríos, dice que esas prácticas se realizan con cuentagotas. “La vasectomía no se hace. En cuanto a la ligadura de trompas, está desarrollándose incipientemente, muy de a poco. Hay que decir que la ligadura sólo se puede practicar en 24 de los 67 hospitales que hay. De esos 24, solamente 7 tienen un profesional que puede hacer vasectomía”.
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