Mitos sexuales persisten entre los adolescentes, revela evaluación
Fuente: eltiempo.com
Manejo inteligente de la sexualidad entre adolescentes sigue fracasando, una de las conclusiones.
Expertos aseguran que hay mucha experimentación a la hora de sostener relaciones.
Para la muestra, los 7.000 embarazos en menores de 14 años que año tras año tiene Colombia, según cifras manejadas por el Ministerio de la Protección Social durante la 'Semana andina de la prevención del embarazo en la adolescencia', celebrada en septiembre.
En 2007 hubo 6.599 niñas embarazadas y en 2008 el número aumentó a 6.928, lo que significa que en este país 18 niñas dan a luz a diario, dijo el representante a la Cámara Simón Gaviria, promotor de una marcha a favor de la prevención del embarazo adolescente, celebrada el 26 de septiembre.
Las estadísticas demuestran que la desinformación persiste aún en la era de las nuevas tecnologías entre jóvenes, adolescentes y niños.
Un estudio realizado por la Universidad del Norte en 2006, y financiado por la Secretaría de Salud del Atlántico, mostraba que el 53 por ciento de los jóvenes sabía poco sobre anticoncepción, que el 56 por ciento veía a los anticonceptivos como causantes de malformaciones congénitas y que casi 50 de 100 creían que sin el orgasmo no había riesgo de embarazo.
El estudio, realizado con 600 menores entre los 10 y 18 años, en siete municipios, buscaba conocer los mitos culturales que impiden el uso adecuado de métodos anticonceptivos entre los adolescentes atlanticenses.
La investigación muestra que los métodos utilizados con mayor frecuencia entre los jóvenes son el coito interrumpido, orinar después de la relación sexual (58 por ciento) y mantener relaciones sexuales de pie (54 por ciento).
Entre otros de los mitos reseñados por el estudio están beber cerveza, antes y después de la relación, luego de exponerla al sol por 15 minutos; brincar después del coito para que los espermatozoides bajen, y colocarse un Alka-Seltzer en la vagina y frotar limón sobre los genitales de la mujer para 'matar' el semen.
A estas técnicas Profamilia las define como creencias populares que las personas tienen para prevenir un embarazo, pero no son efectivas porque no tienen bases científicas.
El documento dice que la mayoría de encuestados conoce los principales métodos, pero persisten mitos que pueden estar provocando que desestimen sus beneficios para prevenir embarazos e infecciones por lo que hay una necesidad urgente de enseñarles a los jóvenes a tener una mejor vida sexual.
Plan de vida es la clave
Fernando Vásquez, director del Programa de Investigación en Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad del Norte, explica que "el mejor anticonceptivo del mundo es tener claro a dónde se quiere llegar en la vida".
Para el médico, mientras los adolescentes no tengan un objetivo que alcanzar, no lucharán por éste y será más difícil que tengan prioridades en la vida. Por eso pueden caer fácilmente ante los estímulos sexuales.
El especialista asegura que su experiencia en diferentes investigaciones le ha demostrado que cuando un hombre adolescente ve en un microscopio su semen, toma conciencia sobre los hijos que podría tener si no se protege al sostener una relación sexual.
Manejo inteligente de la sexualidad entre adolescentes sigue fracasando, una de las conclusiones.
Expertos aseguran que hay mucha experimentación a la hora de sostener relaciones.
Para la muestra, los 7.000 embarazos en menores de 14 años que año tras año tiene Colombia, según cifras manejadas por el Ministerio de la Protección Social durante la 'Semana andina de la prevención del embarazo en la adolescencia', celebrada en septiembre.
En 2007 hubo 6.599 niñas embarazadas y en 2008 el número aumentó a 6.928, lo que significa que en este país 18 niñas dan a luz a diario, dijo el representante a la Cámara Simón Gaviria, promotor de una marcha a favor de la prevención del embarazo adolescente, celebrada el 26 de septiembre.
Las estadísticas demuestran que la desinformación persiste aún en la era de las nuevas tecnologías entre jóvenes, adolescentes y niños.
Un estudio realizado por la Universidad del Norte en 2006, y financiado por la Secretaría de Salud del Atlántico, mostraba que el 53 por ciento de los jóvenes sabía poco sobre anticoncepción, que el 56 por ciento veía a los anticonceptivos como causantes de malformaciones congénitas y que casi 50 de 100 creían que sin el orgasmo no había riesgo de embarazo.
El estudio, realizado con 600 menores entre los 10 y 18 años, en siete municipios, buscaba conocer los mitos culturales que impiden el uso adecuado de métodos anticonceptivos entre los adolescentes atlanticenses.
La investigación muestra que los métodos utilizados con mayor frecuencia entre los jóvenes son el coito interrumpido, orinar después de la relación sexual (58 por ciento) y mantener relaciones sexuales de pie (54 por ciento).
Entre otros de los mitos reseñados por el estudio están beber cerveza, antes y después de la relación, luego de exponerla al sol por 15 minutos; brincar después del coito para que los espermatozoides bajen, y colocarse un Alka-Seltzer en la vagina y frotar limón sobre los genitales de la mujer para 'matar' el semen.
A estas técnicas Profamilia las define como creencias populares que las personas tienen para prevenir un embarazo, pero no son efectivas porque no tienen bases científicas.
El documento dice que la mayoría de encuestados conoce los principales métodos, pero persisten mitos que pueden estar provocando que desestimen sus beneficios para prevenir embarazos e infecciones por lo que hay una necesidad urgente de enseñarles a los jóvenes a tener una mejor vida sexual.
Plan de vida es la clave
Fernando Vásquez, director del Programa de Investigación en Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad del Norte, explica que "el mejor anticonceptivo del mundo es tener claro a dónde se quiere llegar en la vida".
Para el médico, mientras los adolescentes no tengan un objetivo que alcanzar, no lucharán por éste y será más difícil que tengan prioridades en la vida. Por eso pueden caer fácilmente ante los estímulos sexuales.
El especialista asegura que su experiencia en diferentes investigaciones le ha demostrado que cuando un hombre adolescente ve en un microscopio su semen, toma conciencia sobre los hijos que podría tener si no se protege al sostener una relación sexual.
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